sábado, 5 de marzo de 2011

Día 0. Diario del dueño de un perro zombie.


Lo menos importante de esta historia es mi nombre. De modo que si queréis explicársela a alguien decid que me llamo Holden Caulfield. O Devorahombres. La verdad es que me da igual. Porque la estrella del cotarro no soy yo, sino mi perro Fox. Un Golden Retriever que hace tres años me regalaron por mi cumpleaños. El regalo que siempre había soñado, pero que llegaba veinte años tarde. Fox era el perro que toda persona mentalmente equilibrada quiere tener. Juguetón pero muy dormilón, fan de las zapatillas sudadas y de subir en ascensor. Además, como vivo cerca del Parque de la Ciutadella en Barcelona salíamos cada día a correr. La verdad es que era un gran perro. Pero ahora sólo es zombie.

No es fácil decir esto y aún menos dejarlo por escrito. Sí, soy dueño de un perro zombie. Y puedo afirmar con orgullo que lo seré durante mucho tiempo. No voy a sacrificarlo por muchas niñas del vecindario que ataque o por un pequeño incidente con la viuda del ático. Los animales son así. Se mueven por instinto. Y claro que el hecho de que sea zombie hace que su sed de sangre y vísceras haya aumentado un poco en este tiempo. Pero es mi mascota, la que había soñado desde los 7 años. No voy a renunciar a ella.

No estoy loco. Soy consciente que tener un perro en Barcelona es difícil. Y más si ataca sin piedad a cualquier ser vivo. También sé que nunca me mirará con dulzura ni que parará de vomitar sangre. Por eso, he empezado a escribir este diario. Para demostrar al mundo y al Servicio de Control y Prevención de Plagas del Ayuntamiento que es posible compartir la vida con un perro zombie si lo quieres con todo tu corazón.

Espero que mi experiencia y mis pequeños avances del día a día ayuden a otros dueños de perros zombies. Porque sin duda los hay.

2 comentarios:

  1. ¿Pero tiene la vacuna del moquillo al día?

    ResponderEliminar
  2. "fan de las zapatillas sudadas y de subir en ascensor."

    hilarante :D

    ResponderEliminar